Lo siguiente parece un comentario muy vanidoso, pero en realidad el propósito es compartir una reflexión y para esto, necesariamente tengo que explicar algunas situaciones.
Practico y enseño Hipnosis Profesional desde 1971. He realizado cientos de cursos, he tenido miles de alumnos en los todos los continentes de este planeta, he titulado a decenas de exitosos profesionales de la hipnosis.
Al dirigir los últimos diplomados de estas semanas, a los que habitualmente vienen alumnos del extranjero y, entre ellos, destacados profesionales de diversas áreas, he podido apreciar lo mucho que domino el tema. Es lógico, ya que me he dedicado durante tantos años a esta especialidad. Además siempre mantengo una actitud de aprendizaje y perfeccionamiento. También cada alumno deja alguna enseñanza adicional lo que permite irse perfeccionando a través de los años.
Esta experticia vale muchísimo. Hay especialistas de diversas partes del mundo que me consultan sobre el tema. Y mucha, mucha gente quisiera tener la oportunidad que le haga sesiones personales de hipnoterapia. En mi país lo puedo hacer, pero lógicamente sale un poco caro venir de otras partes para hacerlo.
Lo curioso es que cuando me queda un espacio entre mis atenciones, ofrezco a mis estudiantes cercanos o a familiares hacerle sesiones, gratis por supuesto. Y es muy difícil que acepten. Es decir, mientras miles de personas estarían felices que les ayude a cambiar su calidad de vida en pocas horas, las personas que están cercanas no lo valoran igual, salvo excepciones que siempre las hay.
Los que más cerca están, menos ven o menos aprecian. Parece ser que es así en todas partes.
Y bueno, si quieres saber más del tema, visita el Portal de Hipnosis: www.portaldehipnosis.com

Foto: explicando una técnica de inducción instantánea.
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