Veo por televisión un excelente programa cultural que se llama “Una belleza nueva”, conducido por Cristian Warnken.
Lamentablemente mientras entrevista a artistas relacionados con los relatos y el teatro, desliza la frase: “Se le está enseñando a los estudiantes lectura veloz, pero yo no, porque lo encuentro un crimen porque vamos a tener más que van a leer con gran velocidad, pero sin placer (de la lectura)”.
Hay que saber que la destreza en lectura veloz, no sólo permite aprender a disfrutar de la lectura, a leer más en menos tiempo y a comprender mejor, sino que permite distinguir con claridad aquella lectura que deberemos leer de manera lenta y reflexiva, para precisamente sentir placer en ello.
Por mucha información que tengamos es imposible conocer de todo. De modo que siempre conviene tener una actitud humilde y abierta para aprender constantemente.
La lectura veloz es extraordinariamente útil para comprender mejor lo leído y en mucho menos tiempo. Es fácil, si se sigue un buen curso, aprender a leer de dos a diez veces o más de la velocidad actual de lectura. Se puede leer muchísimo más que hoy y en menos tiempo. Contrariamente a lo que puede pensar al principio, leer más rápido no significa comprender menos, sino que todo lo contrario. Como una de las habilidades que se desarrolla es abarcar unidades de significado más completas, la comprensión aumenta rápidamente.
Se pierde mucho tiempo cuando una persona tiene que buscar información y es un lector lento. La velocidad lectora le permite verificar rápidamente si lo que busca ya lo tiene en su biblioteca o archivo, si lo que encontró es pertinente a lo que le interesa o si lo que quiere estudiar se encuentra en determinadas páginas de un texto. También permite, por ejemplo, recorrer de una mirada diversos libros para decidir cuál le conviene comprar.
Leer noticias o hacer un recorrido por sitios de Internet se puede hacer en un tiempo mínimo con la lectura veloz y comprender rápidamente lo que los ojos recorren. En fin, hay numerosas aplicaciones prácticas para todo tipo de personas.
Obviamente que hay lecturas que requieren una velocidad más lenta. Un poema, un texto de estudio, un escrito de filosofía, una obra literaria importante, etc. Una lectura veloz previa nos facilita seleccionar lo que nos gusta y luego podremos ocupar el tiempo que nos ha quedado disponible para deleitarnos con una lectura reflexiva, tal como se paladea un buen guiso.
Aún así, es mucho más eficiente y más rápido dar una lectura rápida, incluso muy rápida, a este tipo de textos. Nuestra mente queda así con una información completa del tema tratado, del estilo del autor, de sus planteamientos generales, de sus enfoques, etc. Luego, una lectura más reflexiva será enormemente más provechosa y comprensiva.
Incluso, la mayoría de los estudiantes que no tienen este conocimiento del uso de las velocidades de lectura, pierden mucho tiempo estudiando. Toman un texto de estudio y lo leen párrafo a párrafo, cuando no línea a línea, creyendo que así lo van a entender mejor. Suelen quedarse detenidos en un tema que no comprenden, ignorando que el autor lo desarrollará en los capítulos siguientes. Es mucho más eficiente hacer una lectura completa veloz. Así se sabrá cómo se desarrollan los temas, se conocerá que más adelante se profundizan o que tal información no está en ese texto. Luego, una segunda lectura de estudio permitirá sacar el máximo provecho.
Leer rápido no es un crimen. Nos deja tiempo para comprender mejor lo leído y para elegir lecturas que leeremos con placer.
Prof. Sergio Valdivia
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mas alla de la conbinacion de las letras,palabras y oraciones la lectura contiene un universo de ideas y pensamientos por descubrir
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