Durante dos décadas, científicos del departamento de Sociología de la Universidad de Oxford analizaron los hábitos, actividades e intereses de casi 20 mil jóvenes, en una investigación que dirigió el profesor Mark Taylor y que acaba de ser presentada ante la Asociación Sicológica Británica. Cuando tenían 16 años, los adolecentes fueron consultados sobre lo que hacían en su tiempo libre. Ahora, a los 33 volvieron a ser entrevistados.
Y los resultados no dejaron lugar a dudas: las mujeres que a los 16 años leían libros sólo por gusto tenía 39% de probabilidades de alcanzar un puesto gerencial. En las que había preferido dedicarse a otras actividades en su tiempo libre durante la adolescencia, las posibilidades bajaban a 25%. Para los hombres, que en general, en todos los países tienen más posibilidades de llegar a altos puestos ejecutivos, la cifra pasa de un 48% entre quienes no leían a los 16 años, a un 58% entre los que sí tenían el hábito de lector.
Ninguna de las otras actividades extra curriculares propias de los jóvenes que fueron evaluadas junto a la lectura, como las prácticas deportivas, socializar, ir a museos, asistir regularmente al cine, a conciertos o tomar talleres, logró generar un impacto significativos en el nivel profesional que las personas alcanzaría una vez pasada la barrera de los 30 años. Es más, según Mark Taylor, la lectura tiene estos efectos beneficiosos incluso cuando se aíslan factores cruciales, como el nivel educacional de los padres o la comodidad económica de las familias. Esto concuerda con una investigación del 2002 de la Ocde, citada en un informe del Fondo Nacional de Alfabetización del Reino Unido, realizado por las investigadoras Christina Clark y Kate Rumbold, que asegura que "disfrutar de la lectura es más importante para el éxito educacional de los niños que el estatus socio económico de su familia". Así de claro.
Pero esta promesa de beneficio viene aparejada de una advertencia: tenemos que leer por gusto. De hecho, la mayoría de las investigaciones que hablan sobre las ventajas de leer libros lo hacen desde la presunción de que quien realiza, esta actividad, lo hace libremente y que esta predisposición relajada es la que nos vuelve capaces de absorber naturalmente todo lo que la lectura pueda, traspasarnos. En un estudio clásico sobre este tema, llamado La sicología de leer por placer: necesidades y gratificaciones, el profesor Víctor Nell, de la Universidad de Sudáfrica, establece que "la lectura por placer es una forma de juego", una forma de entretención natural que nos permite, según los especialistas, captar los contenidos, pero a la vez relacionarlos con lo placentero que nos produce una buena historia, que puede volverse neurológicamente adictiva y hacernos liberar dopamina y serotonina, ligadas a la sensación de bienestar.
Y la evidencia sigue. En el informe realizado por el Fondo Nacional de Alfabetización del Reino Unido, titulado Leer por placer, el doctor Stephen D. Krashen, autor del libro El poder de la lectura, asegura que cuando los niños leen por gusto, cuando quedan atrapados en los libros, adquieren, involuntariamente y sin hacer esfuerzos conscientes, casi todas las llamadas habilidades de lenguaje. "Se volverán lectores, apropiados, adquirirán un gran vocabulario, desarrollarán la habilidad de comprender y usar construcciones gramaticales complejas y desarrollarán un buen estilo de escritura. Aunque la voluntad de leer libremente, por sí misma, no asegura el logro de los más altos niveles de alfabetización, al menos asegurará un nivel aceptable. Sin ésta, sospecho que los niños ni siquiera tienen una oportunidad de alcanzarla", agrega.
Si ya ha leído acerca de todas estas ventajas y en este momento se está lamentando por no ser un ávido lector, no se aflija tanto. Diversos especialistas consideran que se puede comenzar a formar el hábito a cualquier edad. Además, el esfuerzo que tendrá que dedicarle a este proceso probablemente sea menor de lo que usted espera. Una de las principales conclusiones que plantea la investigación del sociólogo Mark Taylor es que no es tan relevante si se lee todos los días o unas pocas veces al mes. "La magnitud de los efectos (de generación de éxito en la vida laboral) no varía de acuerdo a cuánto leen los niños que leen libros más de una vez por semana y en aquellos que lo hacen sólo poco más de una vez al mes. La única diferencia, en este sentido, se da entre los niños que leen y los que no leen nunca", dice el académico, lo que lo lleva a afirmar que "no importa cuánto lo hagas, mientras lo hagas": el éxito vendrá igual, tarde o temprano.
Por supuesto, con esto no se intenta negar los beneficios de todas las posibilidades de entretención o aprendizaje que pueda tener una persona, en el corto y largo plazo. Nadie duda de que ser exitoso depende sólo del manejo intelectual, sino de su interrelación con otras capacidades sociales, como son las de liderazgo y socialización. De hecho, Taylor asegura que leer libros en la adolescencia es un antecedente crucial para llegar a la universidad, pero que si a eso se le agrega la participación en una actividad cultural, como tocar un instrumento o ir a los museos, esa probabilidad aumenta. Por ejemplo, en el caso de los hijos de padres que trabajan en administración o ventas, su posibilidad de entrar a la universidad pasa de un 24% (que alcanzan quienes solo leen libros) a un 54%, en el caso de los hombres que se comprometen con actividades extracurriculares, una cifra que cambia desde el 20% al 48% en las mujeres.
Sin embargo, incluso esas "habilidades blandas" pueden conseguirse a través de la lectura. Hasta ahora, se pensaba que los ávidos lectores eran una suerte de ratones de biblioteca que no se comunicaban con el mundo, mientras que los deportistas o los del club de teatro del colegio eran los populares que controlaban los recreos y, de paso, todas las situaciones de vinculación social. Nada más equivocado, pues si por una parte la lectura es la única actividad que, por si misma, asegura mayor éxito laboral en la vida, por otra, también ayuda a fomentar las relaciones sociales.
En el sitio web www.lecturaveloz.com se encuentra una completa información de cómo aprender a leer rápido y, al mismo tiempo, aumentar el nivel de comprensión. Los lectores suelen tener muy malos hábitos de lectura lo que se traduce en lentitud y falta de comprensión de lo que leen. Es fácil aprender a identificar estos defectos y a superarlos.
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la cultura de leer a nivel de infante a adulto, es que los adultos incentivemos a los niños leyendoles cuentos, historias para provocarles el interes de conocer los libros, y que al llegar al colegio, los estudiantes no vean la lectura como algo obligado y sin importancia.
ResponderEliminarasi portatil es exelente y comodo
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